viernes, 6 de diciembre de 2019

Circunstancia A.



No hay mejor día de la semana que el domingo. Recibir a Dios, en gracia, confesado, limpio, salir de confesión es limpiarlo todo; pero también el domingo es, escuchar Su hermosa Palabra, encontrarse con la Única y Auténtica Verdad, que te traspasa el alma, que sabes que de alguna forma misteriosa la tenías labrada en ti, desde el inicio de todos los tiempos, saber que esas palabras tan fundamentales, te llenan, y llevan a la Gloria, han sido escritas, desde el principio, permanecerán hasta el fin, y tú junto a ellas por la Gracia de Jesús. 

Y por supuesto la Eucaristía, el Cuerpo y Sangre de Cristo que te unen a Él, eres uno en Él y Él en ti. Dios en ti? qué no es eso delirante en sí? que Él de manera perfecta está en ti, éste ser imperfecto que se perfecciona por Él, yo tan pecador, Él tan Justo e Inmaculado.

Para mí, para poder tener novia, esposa, es fundamental tenerlo a Él como mediador, testigo de nosotros, que sea Él quien bendiga nuestra unión, que sea a través de Él, su voluntad, que te conozca; pero por eso mismo también ha sido tan difícil encontrarte, porque las "circunstancias", no han sido las correctas, la Circunstancia que Él  -elija como la adecuada para mí- llevará tu nombre, cuando sólo seas circunstancia serás sólo circunstancia, sólo una historia que las circunstancias, no fueron las correctas para ponerle tu nombre.

Circunstancia A. 
6.10.19. 
1er. domingo

Llegaste alegre a misa, nuestra primer mirada pareciera como si fuera la que nos damos todo el tiempo, familiar, luminosa, orbital, sólo faltó decir amor, porque me miraste súper alegre, como diciendo por fin te tengo cerca. Tu sonrisa de filigrana, como margen de playa, olor a coco de tiempos por venir, tus labios, firmes color guayaba rosada, sublimes, corteses, y delirantemente sonrientes, virtud multicolor. Tus pestañas eternas, filamentos de granos de azúcar morena, largos, dulcísimos, prescindibles de sombras, ataviados de rayos de atardecer. Todo ocurrió en suma en 34 segundos .

Pero qué es esto mi Señor? me presentas a mi eterno Amor en tu Iglesia? será posible que se romperá tu "te quedarás sólo" por un, "Hola Amor mio."

El mejor momento de la misa cuando alguien te gusta, le gustas, es dar la paz. Noté un cierto nerviosismo tuyo, como de "qué voy a hacer, le voy a dar la paz, y cómo será su mano, su temperatura, la textura, y qué tal si no me gusta, y qué haré, sonrío, me espero a que él lo haga, ay pero qué tonta, obvio le sonrío y obvio le gusto, si él se dió cuenta que mis pestañas son lindas".

Por mi lado, yo igual que tú, pero peor.

"La paz del Señor esté con ustedes", "Y con tú espíritu", "Dense un signo de paz".Y te diste la vuelta con la sonrisa más hermosa que alguien le puede otorgar, a su ser amado, amable, entregada, luminosa, dirigida, fiel, llena de filigranas, azúcar morena, con un rocío de flores rosas. Nada poco, nada mucho. Sólo exacto, la sonrisa, que me otorgaste, es más para decir, que tú no quieres ser sólo circunstancia. Tú quieres que conozca tú nombre, a partir de ese momento la historia se escribe.







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