Las puertas de ti, son como frutas jugosas, y como cada fruta debe comerse de cierta manera, la sandía no debe comerse como la manzana, tampoco el limón como naranja, el tacto me recuerda cómo se come tu cuerpo y si hay una fruta nueva que deba cosecharse, aprendo, propongo, memorizo, para que en las sombras sepa amarte, y tú, deleitosa, porque amar es eso, procurar al otro, con las frutas de nuestros encantos.
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