miércoles, 10 de octubre de 2012

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  quisiera encontrarme contigo en ese espacio con laderas de cemento o de árboles, ese paquetito envuelto dispuesto sobre un mantel, y cantar irremediablemente en el techo de lo urbano donde el tiempo inmóvil, no hace distancia, no hace velocidad, solo el cielo se mueve y hace la coreografía a nuestro canto unisono, no sin antes comer mi postre  favorito, algodones de azúcar,  para que despuesito, sutilmente aspire de tu boca los residuos de tu gula por las nubes acarameladas, aunque sea metaforicamente quisiera besar suavemente los gentiles labios que evocan palabras luminosas, palabras candil. Eres fundamental para mi, mis palabras no fueron mías, fueron ricos cantos ilmuniados por una luz cuando te conocí...cuando te conocí se arroparon tanto de ti, perdieron forma, pierden latitud, el mejor horizonte para que mis palabras cosechen es el tuyo, la mejor agua para que las flores hagan lo suyo, es con el agua de tu aire vertido como soplos controlados de tu cuerpo que respira, respiras tu, te respira a ti; me gusta sentir como lo que a propósito deposito recitas en tu mente, y comienzas a sentir, tu piel se crispa en mis amorfidades de palabras, parecieran sin ritmo, sin sabores, sin los encantos rosas de nube y por supuesto, son palabras fibrilosas de este que te quiere, gracias por regresar… y aunque no sea tu deseo de las 5. Dispuesto estoy para ser tu, hoy siempre.