lunes, 15 de febrero de 2016

Aún...

Renací, hacia ti, hacia la eternidad aframbuesada de tu mirada profunda, caramelizada, madura, poseyendo todo, desde el inicio de tus ojos, hasta el arribo a ti...


...todo ese camino que juré no seguir, en el que pensé jamás volver a estar, en tan sólo 24 horas lo destruiste, fui yo quien cedió o tu quien me atrajo ?...


Hoy a diferencia de todos esos días, quiero desabrochar los dos botones de tu blusa...


El primero, me siento frente a ti de rodillas, encima de tus piernas, lo desabotono besando tu primavera, tu lienzo de tierra de agua, tus labios formaditos esperando el ocaso de su espera, llevarte pausadamente, a donde me conduces ... rozo tu mejilla, te suspiro, recargo mi frente en la tuya, giro mi cuello avanzando hacia tu cuello, diciendo tu nombre en mis labios vibrantes, nosotros en nuestra entrega, nuestra conquista... y mis labios llegan sin prisa a los tuyos, en control, pero deseosos, como artistas esperando hacer el trazo perfecto por el centro de tus labios, cortando el suave viento suspirante de briza, de vapores... regreso a tus ojos, digo tu nombre, mi palabra favorita para pronunciar, regreso a tus labios entre abiertos, les confirmo que no me he ido, hacemos de la briza, viento suave, retoños de primavera que aspiran a verano, me separo, te sonrío, y cuando tú lo haces, beso el lado izquierdo de tu sonrisa, me retiro y sonríes, beso tu sonrisa de nuevo, y me quedo, nos quedamos, entrelazando suavemente los besos arrebatados-prestados y los devolvemos para volverlos a dar, a retomar, aprendemos que lo nuestro, somos nosotros...


Segundo botón... me separo, con mi dedo índice y pulgar lo desabrocho, tu pecho pulsa, portando el resultado de los amantes que procuramos ser, lo veo lo deletreo, te beso la mejilla, acerco tu mentón con el mismo índice y pulgar, te beso brevemente... regreso a tu pulso, le soplo aire, en tu blusa se forma un viento fuerte, preámbulo de tu sí definitivo, que me otorgue no solo mi identidad, sino la vida en nosotros... 


                Pero aún, aún...







domingo, 14 de febrero de 2016

Interlude

Qué esquiva,
cuando todo desaparece,
lo que no existió deja de existir hasta en el deseo,
porque lo que no está aquí,
lo que no dejó huella no fue,
no será jamás, no ha sido.

Tampoco la soledad se acompaña de sí misma, porque cómo estar sólo si jamás se ha estado acompañado, cómo extrañar la ausencia, si no se aprende del acompañamiento; de  lo inexistente, sólo existe lo que no existió.

Soy nuevo en todo,
porque los besos se olvidan,
y no se aprenden nuevos.
Las caricias se hacen vapor, ya no decantan agua ni alcohol
... sin luz,
sin viento,
y sin huella no hay regreso, sin recuerdo no hay Amor.

Me encanta tu perfil, porque ese sólo se conoce en la confianza, en caminar a pasos breves, simultáneos, pero y tu perfil? me acompaña el aliento, la sombra, la locura.

Siempre he pensado que mis labios eran poderosos, virtuosos, que mis caricias resonaban portentosamente, haciendo de ti mi alumna, tú mi consejera, yo tu ejecutor; amante de sombras.

Empecé queriendo escribirle algo a alguien, desahogarte, desalmarme, en realidad ni estás, ni estuviste.

Delinearte, escribir en mi diario, tu diario. No mi ser, ya no. Te desisto, te rindo, te suelto, nos desato para no encontrarnos, para hacer de mi lo que nunca he sido, tuyo. No es un interludio. Soy.