viernes, 20 de enero de 2023

Fragmemtos





La espera, 

la llegada, 

el tiempo compartido, 

...qué tanto se es del otro cuando se observa entre la bruma de los segundos, de los milímetros, de cualquier unidad mínima para absorber lo que sea del ser amado? vivir de esas unidades mínimas expuestas, deleitosas, por días, por semanas.

... es que te robé, tomé de ti lo que podía, quizá no lo que pedía sino lo que me dejaban los espacios, lo que me permitía el atrevimiento.

... fui gentil, lo prometo, con aquello que me llevé lo traté con delicadeza, procurando que no tuviera frío, hambre, que durmieran bien, esas unidades mínimas que habitaron tan poco tiempo en la retina, que guardo celosamente en la memoria.

... sin poder voltear para hacer pausas un poco más largas, fueron instantes; fingiendo voltear a ver la puerta cercana a ti, o agachar la mirada, en dirección tuya, aprovechando el sigilo, del robo amoroso, observando lo que me regalaras o pudiera pasear en mi mirada, todo para poder recordarte

... quién no habría de regocijarse en esos dos dedos delgados, no los conocía; antes de verlos, pensaba en cómo serían, cuánta fascinación después de verlos causarían? su color? su forma? las marcas espectaculares que pudieran tener

.... no decepcionaron, se presentaron aún más hermosos, esque, qué color, jamás había visto formas tan gentiles, armoniosas, me gusta cómo pausan, y se quedan suspendidos en el aire, cómo están sincronizados con tu mente, con tu alma, haciendo lo suyo, como bailando en armonía a lo que sientes, a lo que piensas.

.... dedos fascinantes, no podría definir su color, parecen la via láctea, copos de nieve, malteada de fresa, definitivamente cantan en el viento;

... y las uñas, estoy seguro que querías que viera justo esos dos dedos, porque por qué estaban así tan presumidos, esmaltados pero no pintados, con brillo, pero no exagerado, tan puntuales, llenos de belleza pura, con textura de nubes, con alma de ti.

... y tu nuevo corte de cabello? .... (VOY A DORMIR, CONTINUARÁ)... mañana voy a verte

...nuestros corazones asomados, dirigidos el uno al otro, ese tiempo, que sin sílabas se escriben gestos de cortesía, ojos pendientes, los cuerpos inclinados, como si por inercia se atrajeran como si se conocieran sin conocerse, se intuyen, se forman nubes,  viento, playa y nieve, lo que haga falta, para que el otro esté mejor.





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