Music: Adagio for strings Op. No. 11, by Samuel Barber.
https://m.youtube.com/watch?v=Hc8gYoXkLZ4
En mis manos está el remanente de lo que queda de nosotros, las sombras apasionadas, atemporales, las que te llevaron a abrazarme tan fuerte, que te hicieron tomarme de la mano, jalando, gritando quédate, hoy son tan amorfas que se canibalizan al no reconocerse.
La ausencia brutal de tus sombras es petrificante; la ausencia se alimenta de la falta de presencia, las lágrimas sorben el desierto de llanto, todo se vuelve sobre sí, la locura por la autoproclamación se hace visceral, el autoconsumo se normaliza; la soledad es tan brutal en estas sombras que te hicieron, que hasta en la nada, donde se proclamaba nuestro nombre como el de aquel "Gran Proyecto de Amor" ahora es una marquesina sin nombres.
El perfume se ha hecho amargo, la memoria confunde al olfato, percibiendo que hay olores encanto cuando no hay nada mas que aguas insalubres. Las pausas tan recurrentes al disfrutarnos, ahora con prisa pero a ciegas, te buscan ansiosamente, en lo que sea, sea el aire, el pasto, los aires de Michoacán, la memoria insiste en que hay sombras sinónimo, sombras mano, o las muy tiernas sombras lunar, en esta u otra musa, que va que viene, pero en realidad sólo queda viento sin obstáculos, luz recta sin descanso para hacer sombra, humedad para hacer beso.
Nosotros, que jamás fuimos, que siempre seremos más de los jamás serás, con él o con la suma de todos. No seremos ese anhelado nosotros por ti, ni por mi, sino por nosotros, porque ese nosotros que nunca fuimos, será para la historia, la palma de mano jamás otorgada, ... (en construcción)
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